
11 Abr ¿PARA QUÉ ESCRIBO? PARA CONVENCERME DE QUE NADA ES LO QUE PARECE
Hoy en mi afán por seguir descubriendo grandes autores, y sobre todo autoras de nuestro país, te traigo a otra de las grandes escritoras de la generación del medio siglo: Carmen Martín Gaite.
Como siempre, ya sabes que no voy a hacer una reseña biográfica de la misma porque para eso ya hay información más que suficiente en la red. Te voy a decir simplemente que nació en 1925 en Salamanca.
Bueno, también te voy a decir otras cosas:
· Estudia Filosofía y Letras
· Mujer todo terreno, ha escrito novela, ensayo, teatro, poesía, cuento, relato…
· Ha recibido varios premios en su trayectoria como los prestigiosos Café Gijón y Nadal, amén de ser la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura. Recibe en 1988 el Príncipe de Asturias. El Anagrama de ensayo. Premio Castilla y León de las Letras. Premio Nacional de las Letras Españolas. Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes. Pluma de Plata del Círculo de Escritura, y seguro que me dejo alguno más por ahí en este momento.
· Declinó ser miembro de la Real Academia de la Lengua en varias ocasiones.
· Fallece en el año 2000 a cusa del cáncer.
He querido recuperar para este blog y que así conozcas en profundidad el pensamiento y la profundidad de la palabra de esta autora, un par de artículos con entrevistas, así como extractos de su obra comentada por ella misma en la que habla sobre la profesión, esta vez sin ánimo de aconsejar puesto que su espíritu huía de este tipo de actitudes pero que, a mi juicio, son muy ilustrativos de la valía y del legado de esta excepcional escritora.
La primera parte del mismo proviene de un artículo publicado en la web www.aviondepapel.com (hoy aviondepapel.tv) del año 2001. Y la segunda de una entrevista que le hicieron para el suplemento El Cultural, poco antes de fallecer en el año 1999.
LOS CONSEJOS DE CARMEN
1. Mi tabla de salvación es mi pluma estilográfica que heredé de mi padre para llenar cuadernos con la mejor letra posible, como cuando era escolar. (Es una extracto sacado del discurso que ofreció con motivo del premio Pincipe de Asturias 1988).[bctt tweet=»Mi tabla de salvación es mi pluma estilográfica. (Martín Gaite)» username=»»]
2. La profesión de escritor es solitaria, conlleva todos los titubeos, incertidumbres y sorpresas propios de cualquier aventura emprendida con entusiasmo.
3. En un mundo dónde se huye de la soledad, el escritor desconcierta como nadador contra corriente y de todos lados surgen voces que le quieren anexionar a un grupo y hacerle esclavo de sus normas y reglas. Al disidente solo le resta seguir aguantando en su reducto, a partir de cero, invocando la fé juvenil con la que comenzó su carrera. La escritura es un asunto relacionado con la fe, no con el medro ni el negocio, y por ahí vienen las contracciones de su aprendizaje.
4. Cuando los escritores comienzan en el oficio, tienen poca destreza pero mayor fe y entusiasmo. A medida que pasan los años, el escritor consigue mayor reconocimiento o menos por parte del público, se ve forzado a confesar cómo la fe de sus comienzas se le ha venido abajo. Para estos momentos, lo mejor es recuperar y revivir aquella fe de antaño. Si no se consigue, se corre el peligro de estar metiéndose en unos railes demasiado cómodos que amortiguan cualquier sobresalto. Y en el fondo no es eso lo que busca ni quiere.
5. Nunca se deja de aprender en la escritura. Esa vocación se renueva y cuestiona cada vez que te enfrentas a una hoja en blanco. A un escritor nadie la garantiza por el hecho de haber escrito un libro, que el próximo será mejor, ni tan siquiera bueno.
6. ¿Para qué escribo? Para lanzar preguntas, para interrumpir los asertos ajenos, para tratar de entender mejor lo que no está tan claro como dicen, para distanciarse de la realidad, mirarla como un espectador y convencerse de que nada es lo que parece. [bctt tweet=»Un escritor escribe porque piensa lo que él va a decir no lo ha dicho nunca nadie antes de esa manera. » username=»»]
7. Cuando me pongo a escribir pienso que al lector le importa más el producto cultural cerrado que le ofrezco, que mi propio discurso. Y no se por qué lo sigo creyendo porque últimamente tengo noticias de mis amigos lectores más que suficientes para saber que no es así.
8. Olvidarse de la literatura es vehículo para escribir mejor literatura.
9. Se nos va atrofiando la capacidad de pensar por nosotros mismos, y creo que es preferible equivocarse a callar, todo, menos llevar dentro al jefe de la manada. No podemos seguir actuando a golpe de silbato mental. ¿La razón? El miedo a la libertad de siempre. A la gente le da miedo ir por libre, prefiere la excursión programada a la selva de las palabras. Ha pasado siempre. Es el camino fácil. Yo creo que no hay que tener miedo a descarrilar.
10. Me fascinan los escritores con los que puedo hablar de literatura y huyo de los pesados que sólo hablan de tiradas, contratos y dinero. Huyo de la oscuridad en la literatura, de la tendencia a escribir complicado y difícil, tal vez por ser tan fácil. Persigo la frescura, la credibilidad y la coherencia, sobre todo la coherencia.
11. Me gusta ir avisando al lector de que un personaje va a tener interés. Porque me agrada que el lector me siga. Yo pienso mucho en el que me va a leer, soy muy considerada con él, que bastante favor me hace leyéndome.

Carmen en su mesa de trabajo con su gato. Muchos escritores tienen en sus gatos unos fieles compañeros de trabajo.
Carmen Martín Gaite dixit. Tras lo cual lo único que yo puedo añadir es ¿A ti que te parece, eres tan considerada/o como ella cuando escribes? ¿Me lo cuentas en los comentarios?
Sin comentarios